Esto cambió en 2022. Los bancos centrales subieron rápidamente los tipos de interés para contrarrestar la alta inflación. El temor a una desaceleración del crecimiento provocó una caída simultánea de las acciones y los bonos, a pesar de las expectativas habituales de que los bonos ayudan a contrarrestar la volatilidad del mercado de valores. Teniendo en cuenta esta realidad, es comprensible que los inversores busquen mejores formas de construir carteras resistentes. En concreto, carteras que puedan generar atractivos rendimientos a largo plazo y, al mismo tiempo, proporcionar resistencia durante periodos de agitación económica o del mercado. Por ello, creemos que diversificar entre una amplia gama de activos contribuye a crear carteras más flexibles y sólidas.
En abrdn, buscamos inversiones a largo plazo fundamentalmente atractivas con factores de riesgo y rentabilidad diferenciados, incluidas clases de activos tradicionales y alternativos. Creemos que esto ayuda a reducir la volatilidad a corto plazo y disminuye la dependencia de una sola clase de activos para generar ingresos y rentabilidad. En los últimos 10 años, hemos visto un crecimiento significativo en la amplitud y profundidad de las oportunidades alternativas disponibles en formas líquidas y negociadas diariamente. Estos activos ofrecen potencialmente beneficios de diversificación para las carteras.
Aunque vemos oportunidades selectivas en las clases de activos tradicionales, seguimos siendo cautelosos a la hora de confiar únicamente en ellas para generar ingresos y crecimiento. En cambio, vemos varias oportunidades a largo plazo en una gama más amplia de clases de activos con características atractivas de riesgo y rentabilidad en todos los entornos de mercado.
¿Cómo se traduce esto en la práctica?
Infraestructuras: se benefician de flujos de efectivo estables a largo plazo que a menudo están vinculados a la inflación y con potencial de crecimiento de capital. Creemos que las valoraciones actuales son atractivas a largo plazo y tienen el potencial de generar fuertes rendimientos ajustados al riesgo.
- Bonos emergentes (EMD) en moneda local: potencialmente ofrecen rendimientos atractivos y beneficios de diversificación.
Valores respaldados por activos de tipo variable: ofrecen un diferencial de crédito sustancialmente mayor en comparación con el crédito corporativo de calificación similar. También proporcionan protección estructural contra impagos a lo largo del tiempo.
Una variedad de oportunidades o activos especiales con factores de rentabilidad a menudo idiosincrásicos: entre ellos, la deuda respaldada por royalties sanitarios o royalties de metales preciosos, que se benefician de la subida de los precios del oro. También está la financiación de litigios, donde el rendimiento se basa en los méritos de un caso legal en lugar del PIB o la inflación.
Infraestructura cotizada: un análisis más profundo
Las inversiones en infraestructuras cotizadas suelen valorarse en relación con su valor liquidativo (NAV). Durante la última década, se han negociado en su mayoría con pequeñas primas respecto a su NAV. Esto refleja la percepción del mercado de que las perspectivas han sido más favorables para los rendimientos del NAV y una mayor demanda marginal de los mismos como inversiones.
Sin embargo, en los últimos años, la elevada inflación, el aumento de los tipos de interés y la caída de los precios de la energía (en el caso de las energías renovables) han lastrado el precio de las acciones, a pesar de que el valor liquidativo subyacente se ha mantenido relativamente estable. Por ello, muchas de estas oportunidades se negocian ahora con importantes descuentos respecto al valor liquidativo. Estos descuentos también pueden reflejar la existencia de rendimientos más atractivos en efectivo y renta fija, así como la preocupación por la posibilidad de que el valor liquidativo futuro disminuya.
Una oportunidad de compra
No esperamos que estos descuentos con respecto al valor liquidativo persistan a medio plazo por varias razones. En primer lugar, las pruebas transaccionales de muchas empresas de inversión en infraestructuras a valores de tenencia iguales o superiores están ayudando a validar los valores liquidativos de una serie de inversiones en infraestructuras.
En segundo lugar, la actividad corporativa está aumentando, lo que refleja los descuentos actuales sobre el valor liquidativo. Hemos estado animando a las empresas a reducir el apalancamiento, deshacerse de activos y a recomprar acciones cuando se encuentren con descuentos sobre el valor liquidativo. Afortunadamente, más empresas han introducido programas de reciclaje de activos y han iniciado recompras de acciones. Creemos que estas medidas aumentan el valor para los accionistas a largo plazo.
Por último, basándonos en nuestro marco de rentabilidad prevista a cinco años, prevemos que estos activos cotizarán en línea con el NAV al final del periodo. Por lo tanto, comprar con los descuentos actuales mejora la rentabilidad subyacente esperada de los activos. Nuestras últimas estimaciones de rentabilidad a largo plazo también ponen de relieve lo atractivo que consideramos el potencial de rentabilidad esperado de estos activos en comparación con los activos tradicionales.
Conclusiones
En el mundo volátil de hoy, los inversores buscan carteras que generen atractivos rendimientos a largo plazo y que, al mismo tiempo, ofrezcan resistencia durante las tensiones económicas o del mercado. Creemos que la solución es invertir en activos alternativos, como infraestructuras cotizadas, deuda de mercados emergentes en moneda local, valores respaldados por activos de tipo variable y oportunidades especiales. Al adoptar un enfoque diversificado, los inversores pueden afrontar mejor las complejidades del entorno actual del mercado y alcanzar sus objetivos financieros.